lunes, 24 de agosto de 2015


DECONSTRUYENDO A HARRY

Director: Woody Allen

Prólogo a cargo de Jessica Millet


La película que veremos hoy es a mi parecer de las películas más cómicas y buenas de Woody Allen, siendo característico en su producción el sarcasmo y  el humor negro. Este es el tono en que el cineasta aborda algunos temas existenciales, tales como las relaciones de pareja, la paternidad; no sin criticar ácidamente la religión, el matrimonio, y la tradición, por ejemplo, dirá que "la tradición es la ilusión de la permanencia".
Entre la ilusión, la ficción, y la fantasía, Harvey,  el personaje principal, dedica su vida a escribir novelas que le sirven para producir un mundo en el que pueda manejar la trama y controlar los personajes. Harvey habita en su mundo literario ante la dificultad de lidiar con el mundo de la realidad. Ya Freud en 1908 había afirmado que la fantasía que compone el mundo literario tienen su origen en los deseos insatisfechos por lo que cada fantasía singular es "un cumplimiento de deseo, una rectificación de la insatisfactoria realidad". (P. 130 Tomo IX)
Estas fantasías singulares, de la que nos habla Freud, las cumple el héroe de la novela que representa al autor; y se orientan fundamentalmente en dos direcciones, ya sea hacia deseos ambiciosos que exaltan la personalidad o hacia deseos eróticos que se le adjudican al héroe de la novela. Harvey, en tanto héroe de la novela,  es de quien se enamoran todas las mujeres, él es objeto de amores y odios intensos, centro de pasiones; y por otro lado, es aquel que puede cumplir sus fantasías sexuales frustradas.
La película, es un vaivén entre las escenas de las novelas que escribe y las escenas de su vida. Cada uno de los personajes literarios son metáforas de su propia vida, y por esto es que las personas cercanas que han compartido con él, le reclaman que revele sus intimidades en sus novelas. Sus escritos son tan él, que ni siquiera se toma el tiempo de disfrazarlos, por el contrario me parece que es un acto explícito para evidenciar la implicación del autor en la novela, como dice que se trata del autor.  En esto se parece a los sueños, que son textos cuyos personajes representan al soñante.
El psicoanálisis nos enseña que cuando alguien habla de si, siempre habla de si como otro. Woody Allen, el cineasta, separa la vida presente de Harvey de las escenas recreadas con el recurso actoral, es decir, cuando Harvey habla en presente es actuado por Woody Allen, y cuando recrea las escenas de su vida creando la Novela (del Neurótico) de su historia, es interpretado por otros actores, como Toby Maguire, Richard Benjamin, Billy Cristal, Robin Williams, y en cada uno de ellos Harvey representa algo de si. Con cada uno de ellos representa al hombre neurótico que él es, infiel, impotente, angustiado, enamorado, crítico, adicto a las pastillas, padre, etc.
Con cada uno de los personajes, Harvey va transmitiéndonos la idea de si mismo y con cada escena se ve el intento de elaborar pasajes de su vida cotidiana a través de otros,  quizás porque la escritura funciona para él como una forma de tomar distancia y reparar el dolor, las pérdidas, y los fracasos de su vida. La escritura, en este sentido, tiene un efecto aliviante cuando se cuenta la historia; hay que decir también, que mientras se esta produciendo es inquietante por el efecto movilizante de pulsiones que el acto escritural exige.
Es en este escenario literario dónde también se juegan sus perversiones neuróticas; fetichistas,  sádicas y masoquistas. De este modo, cuestiona cualquier intento social y religioso de regular la sexualidad y se vuelve freudiano mostrando el lado polimorfo.
Para Harvey las fantasias sexuales van viento en popa, tanto en su realidad y aún más en su novela; pero apenas se asoma el amor, todo se le complica, el sexo se le atrofia, y cualquier excusa es buena para salirse de la cama de los amantes, como le suele suceder a algunos sujetos deseantes.
El amor, ese estado tan vulnerable para el sujeto deseante, viene y va. Solo se puede accede al amor vía la castración, lo demás es erotomanía, amor sin diferencia.  Veremos al personaje principal enamorarse más de una vez, pero una vez que el amor muestra sus desencuentros, su diferencia, Harvey se refugia en la escritura para burlarse de su desdicha, o tal vez para excudarse en los papeles y personajes.
 El tema del amor y el deseo en esta película, asi como en otras, por ejemplo Match point o Manhathan, es un tema que se escinde, por un lado el deseo sexual y por otro, el amor. El amor y el deseo sexual coinciden por un corto tiempo en sus personajes, con el tiempo la rutina desgasta el deseo y éste se escapa hacia la otra mujer o hacia la puta. Aparentemente él no pierde nada, solo sustituye el objeto del placer. Cambia de mujer para que nada en él cambie.
En este sentido, la figura de la puta siempre resulta conveniente,  no tiene que lidiar mucho con el deseo de la mujer que le demanda, sino como él lo dice en la película; "con las putas es más fácil, se contrata el servicio y ellas te dan placer". El deseo femenino queda neutralizado y escamotea las complicaciones pero también la magia que implica  la puesta en juego del amor y el deseo.
La imposibilidad de amar en Harvey se sostiene de un mito que lo explica, su imposibilidad de amar se debe al odio que su padre le tuvo desde su nacimiento.  A lo largo de la película se va resolviendo el conflicto, perdona al padre, es decir lo des-responsabiliza de su impotencia, y se asume como agente de su historia al decirnos:  "Nuestra vida consiste en cómo decidimos distorsionarla".
A pesar de la metonimia con que toma sus relaciones, llega a un tope, no pudo seguir sustituyendo objetos de amor o de satisfacción sexual; y llega el momento de la verdad. Harvey pierde una mujer y desde entonces se le bloqueó el deseo y con él por supuesto se bloqueó su escritura.
La forma con que él resolvía el encuentro con la imposibilidad,  su mundo de ficción literaria donde se arreglaba y tramitaba sus frustraciones, no le funciona más y como diríamos los psicoanalistas, ahora ¿qué hacer con la castración?  Este sería claramente un momento fértil para consultar con un psi. Y como suele suceder, lo que el sujeto no registra lo registra el cuerpo, Harvey se llena de síntomas, le dan dolores de cabeza, insomnio, ataques de pánico, toma todas las malas decisiones que puede y se arrincona cada vez más, y se llena de bloqueos.
Tengo que decir, que la forma en que representa el cineasta el ataque de pánico es magistral y a través de lo cómico ejempifica el horror del desvanecimiento subjetivo en un ataque de angustia. Lo  dramatiza con un recurso cinematográfico, pone al personaje "fuera de foco" se ve borroso, incluso marea, se desvanece la imagen de él y se borran los espejos, y lo genial es que la gente parece no darle importancia y él siente que se desaparece. Este "fuera de foco"  describe muy bien la sensación de perdida de la imagen corporal típica del ataque de pánico; el sujeto se borra y su imagen queda suspendida de un pedazo de carne que grita que se va a infartar.
Todos estos síntomas son la forma que el cineasta encuentra para describir la conmocion subjetiva en que se encuentra Harvey. Ni el licor, ni las pastillas logran acallar el dolor que siente por haber perdido a una mujer, ésta es mi hipótesis.
El duelo, como sucede en la vida, exige re simbolizar la pérdida, y para llegar allí, es condición bajar a los infiernos, repasar y repensar la historia para que al reescribirla se alivie el dolor aunque la marca pemanezca. La película relata la subjetivación de una pérdida, como lo podríamos hacer en un psicoanálisis.
Aplicando el método de la deconstrucción Derridiana, Woody Allen juega con la significación y en lugar de construir Una historia racional y cronológica que explique los amores perdidos y las decisiones tomadas,  plantea una historia discontinua, una historia de la vida re-creada, una historia ficción, como lo es la realidad.


Textos literarios alusivos al texto fílmico: Kira Schroeder y Lucía Molina

"Si me hubieran pedido que describiera qué cualidades hacen al escritor, habría respondido que la primera es la necesidad imperiosa de inventar historias. Es decir, de organizar la realidad, a menudo caótica e incomprensible, en el marco de una narración descubrir en todo acontecimiento los contextos - evidentes y ocultos - que le dan un sentido especial; poner de relieve los rasgos de la "trama· y hacer que emerjan de ella los "protagonistas". 
Para mi, el impulso de escribir una historia, inventándola o escándalo de la realidad, es casi una pasión, la pasión por la narración que, para algunos - los que acabarán siendo escritores - es tan fuerte y primordial como cualquier otra. Por suerte es una pasión que siempre tiene su opuesta, la de escuchar historias. " David Grossman: Escribir en la oscuridad: sobre política y literatura.

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